Introducción:
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020, se ha vuelto común ver largas filas de autos afuera de los restaurantes de comida rápida y otros negocios. Los conductores esperan en sus vehículos para hacer sus pedidos y recogerlos, evitando el contacto cercano con otros dentro del establecimiento. Si bien esto reduce el riesgo de propagación del virus, las interminables filas de autos al ralentí tienen un gran costo oculto para nuestro medio ambiente.
Contaminación del aire:
Los automóviles en marcha lenta o detenidos siguen emitiendo contaminantes dañinos como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. El monóxido de carbono interactúa con otras sustancias para formar ozono a nivel del suelo, el cual puede desencadenar ataques de asma, reducir la función pulmonar e inflamar las vías respiratorias. Los óxidos de nitrógeno contribuyen a la lluvia ácida, la smog fotoquímico y el calentamiento global. Estudios han demostrado mayores tasas de hospitalización por problemas respiratorios y cardíacos en áreas con mayor tráfico de vehículos.
Desperdicio de combustible:
Mantener los autos en ralentí durante largos períodos desperdicia gasolina, lo que representa tanto un costo económico como ambiental. El consumo de combustible y las emisiones de escape son más altos a velocidades más bajas. Se estima que cada hora de funcionamiento en ralentí consume entre 0.5 y 1 galón de gasolina, dependiendo del tamaño del motor. Considerando el efecto acumulativo de miles de autos en fila por horas, el derroche de combustible fósil y la emisión de gases de efecto invernadero es enorme.
Congestión vial:
Las filas de automóviles que se extienden hacia las calles cercanas aumentan la congestión del tráfico en general. Esto lleva a más arranques y paradas, disminución de la velocidad promedio de circulación y tiempo prolongado en el camino para todos los conductores. Un mayor volumen de tráfico conlleva a un mayor estrés vial y frustración, además de más contaminación. Las colas en los negocios pueden obstaculizar el tráfico de paso e interferir con el flujo eficiente por las vías públicas.
Alternativas ecológicas:
Existen maneras de obtener comida rápida de forma más sostenible. Los restaurantes podrían fomentar los pedidos para llevar en vez del servicio en auto. Los clientes también pueden optar por caminar, ir en bicicleta o en transporte público para buscar su comida, cuando sea factible. El servicio a domicilio o de entrega de comidas es otra opción ecológica, especialmente cuando se utilizan vehículos eléctricos o bicicletas.
Una solución: EcoTaxiPR.com
EcoTaxi Solar es una compañía que utiliza triciclos ultralivianos, combinando la energía muscular junto a motores eléctricos de energías solar. Este innovador sistema sirve para transportar a personas que frecuentan los cascos urbanos de muchos pueblos de Puerto Rico. En especial personas de mayor edad y con alguna incapacidad fisica. De igual forma sirve para el movimiento de cargas livianas de bienes y productos.
Conclusión:
Si bien las filas de autos surgieron como una solución práctica ante una crisis de salud pública, el impacto ambiental de esta tendencia es motivo de preocupación. Debemos buscar maneras de adaptarnos que sean más amigables con el planeta. Fomentar pedidos sin contacto, opciones de movilidad sustentable y mejor planificación urbana son pasos importantes. Con creatividad y conciencia ambiental, podemos satisfacer nuestras necesidades reduciendo drásticamente la huella de carbono.
Referencias:
- Agencia de Protección Ambiental de EEUU. “Contaminación del aire automotor.” www.epa.gov. 2022.
- Organización Mundial de la Salud. “Calidad del aire y salud.” www.who.int. 2022.
- Sierra Club. “Costos ocultos de los autos en ralentí.” www.sierraclub.org. 2021.
- Unión de Científicos Preocupados. “Soluciones de tránsito para reducir la contaminación del aire.” www.ucsusa.org. 2020.